dilluns, 4 de maig del 2015

Día de la madre, poco que celebrar




Hoy es el primer domingo del mes de mayo y, por tanto, es el día de la madre en España. La inercia mercadotécnica induce a la celebración, los regalos y la sonrisa. La realidad laboral, social y cultural es un poco menos festiva. Recordemos que España está a la cola mundial en número de nacimientos (1,32 hijos por mujer). Estas son algunas de las cuestiones a las que se enfrentan las mujeres españolas cuando deciden ser madres.

- La baja de maternidad: La duración del permiso es de 16 semanas ininterrumpidas, un tiempo que se distribuye según cada trabajadora siempre que seis de las semanas sean inmediatamente posteriores al parto (descanso obligatorio). Comparados con el resto de Europa, España está en la mitad de la tabla con un permiso similar al de Francia pero muy alejado de los 480 días de los que disfrutan las madres suecas, por ejemplo. La OIT establece que sean 14 semanas como mínimo pero recomienda que sean al menos 18 semanas. De todos modos, si nos comparamos con todo el mundo, no estamos tan mal, como indica este mapa de la OIT.


- La (escasa) baja paternal: Los padres tienen derecho a una baja, pero de menos tiempo: 13 días ininterrumpidos. A partir de ahí, la pareja puede elegir quién disfruta de la baja. La ampliación a 4 semanas obligatorias para los padres se aprobó en el Congreso en 2009 pero desde entonces su entrada en vigor se ha retrasado año tras año, lo que en la realidad lleva a que el cuidado quede a cargo de una de las dos partes, en vez de compartirlo. El PSOE propuso el pasado febrero que se igualaran los permisos de los padres de manera "obligatoria e instransferible". A la espera de lo que suceda en las próximas elecciones generales, esta iniciativa aún queda muy lejos -otra vez- del referente sueco: los padres también tienen derecho a los 480 días de baja.

- Tener un hijo sola cada vez es cada vez más difícil: La sanidad pública española ha empezado a excluir a las mujeres solas y a las lesbianas de los tratamientos de reproducción asistida, lo que limita la capacidad de decisión de muchas mujeres sobre ser madres. Recientemente hemos conocido el caso de una pareja a la que interrumpieron el tratamiento basándose en la norma que dice es necesario acreditar "un mínimo de 12 meses de relaciones sexuales con coito vaginal".

- La eterna promesa de la conciliación laboral, ¿quién se queda con la jornada reducida?: Las mujeres siguen ocupando más puestos de trabajo a tiempo parcial que los hombres, según la EPA (Encuesta de Población Activa) correspondiente al primer trimestre de 2015. Este paisaje laboral coincide con las conclusiones que se obtuvieron en un estudio sobre conciliación laboral y familiar de la Fundación Pfeizer en 2014, en el que el 68,1% de los encuestados opinó que las mujeres tienen más problemas para compatibilizar trabajo y familia que los hombres. Las que peor parte se llevan según el informe son las mujeres entre 35 y 49 años con estudios superiores en hogares en los que están empleados los dos miembros de la pareja. Y no era una opinión solo de encuestados con o sin hijos: la mitad de las madres que participaron compartían esta percepción.

El segundo Estudio sobre la Situación de la Conciliación en España, también publicado en 2014 y elaborado por el Instituto Internacional de Ciencias Políticas, reflejó que el 97,70% de las mujeres tiene un contrato a tiempo parcial para poder simultanear el trabajo con sus obligaciones familiares, frente al 2,30% de los hombres.

- La brecha salarial de género: No solo depende de la maternidad, pero influye. Las mujeres ingresaron un 19,3% menos que los hombres, la misma distancia que en 2012, según datos de la agencia estadística Eurostat. La distancia no creció respecto a 2013, pero si se amplía el período y se analiza desde el comienzo de la crisis económica, España se sitúa entre los países de la zona euro en los que la brecha salarial más creció. En 2013, la diferencia por hora trabajada entre hombres y mujeres fue 1,2 puntos porcentuales superior a la de 2007, cuando las mujeres ganaban un 18,1% menos que los hombres por hora trabajada.

El impacto que por el momento no se ha medido es el del aumento del empleo a tiempo parcial, una modalidad de contratación que creció de forma muy intensa en 2014, y que afecta especialmente a las mujeres.