Esmeralda Elizalde, actriz mexicana que vive desde el 2016 en Barcelona, y quien es una de las impulsoras de ‘Lencería Cultural’ una asociación que tiene como objetivo de mostrar la creación escénica de los mexicanos que viven fuera de México, sumando la participación de artistas catalanes y catalanas, porque también pretenden tejer un puente de intercambio. El trabajo de Esmeralda está muy relacionado con la visibilidad de las mujeres en el teatro, con personajes que rompen los estereotipos, tal como la obra que la trajo a Barcelona “Todas tenemos la misma historia” de la dramaturga Franca Rame y su marido Dario Fo, y con la que ganó el premio Artes por todas partes, de la Secretaría de Cultura de México,
Esmeralda afirma, que su aporte al projecte vaca
cosiste en enriquecer la perspectiva que se tiene de otras partes del
mundo, y que ' aunque tengamos los mimos problemas tenemos otras
visiones otros lenguajes para interpretar las cosas , a mi me ha
enriquecido ver a la gente nativa de como habla con sus temas, del
catalán y como viniendo de fuera podemos ampliar esa cosmogonía de las
mujeres'. En cuanto a la dificultad o no de hacer teatro ya sea en
México o en Cataluña, Esmeralda afirma que es igual de difícil o de
fácil, se necesitan apoyos, lugares para ensayar, y que lo que realmente
importa son las ganas y esto no tiene fronteras ni genero.
En cuanto a la participación de las mujeres en el mundo del teatro, Esmeralda opina que ha ido creciendo la confianza que se tiene en el trabajo profesional de las dramaturgas, "porque ahora hay más confianza que te dirija una mujer, ya que el estatus del director o del dramaturgo es muy potente, y mientras las actrices han sabido a lo largo de la historia, las directoras y escritoras lo han tenido más complicado. Ahora también hay más presencia de iluminadoras, escenógrafas, y cada vez las mujeres se apoyan más entre sí y esto nos da fuerzas. Lo importante es que formemos un lenguaje propio dentro de la escena eso es lo que he hecho en falta".
En cuanto a la participación de las mujeres en el mundo del teatro, Esmeralda opina que ha ido creciendo la confianza que se tiene en el trabajo profesional de las dramaturgas, "porque ahora hay más confianza que te dirija una mujer, ya que el estatus del director o del dramaturgo es muy potente, y mientras las actrices han sabido a lo largo de la historia, las directoras y escritoras lo han tenido más complicado. Ahora también hay más presencia de iluminadoras, escenógrafas, y cada vez las mujeres se apoyan más entre sí y esto nos da fuerzas. Lo importante es que formemos un lenguaje propio dentro de la escena eso es lo que he hecho en falta".
