Fátima, nació en
Marruecos, y es madre de dos hijos. Migró a España con su marido para buscar un
futuro mejor. En Marruecos había estudiado Economía y al instalarse en Badalona
viendo la dificultad que tenían muchas mujeres de relacionares y formar parte
del entorno social dónde residían decidió hacer los estudios de integración
social.
¿Cuál es el
imaginario que tienen de Europa en Marruecos y qué tan cierto ha sido para ti?
En Marruecos
tenemos una visión de España como un país rico, dónde la gente vive una vida
muy rica y en donde tienes más oportunidades de cumplir tus sueños. No como en
África donde en general hay mucha más pobreza. De éste imaginario lo que si que
es cierto es que hay una mejor calidad de vida que en mi país. Sobretodo a
nivel sanitario y educativo. En la época en que llegamos si que teníamos
trabajo, tenías más oportunidades. Pero aún así para una familia extranjera no
es fácil. Tienes que trabajar muy duro y muchas horas sabiendo que cobrarás menos.
Y con el tiempo, la situación ha cambiado mucho, la crisis ha afectado
muchísimo a los extranjeros, también a la gente de aquí pero creo que los
extranjeros notamos mucho más la crisis.
Si volvieras
atrás en el momento que pensabas migrar de Marruecos, conociendo la realidad de
lo que te ibas a encontrar, volverías a migrar?
Si, lo volvería a
hacer. Es una experiencia dura, sobretodo por separarte de tu familia, tus
amistades, tu país... para ir a vivir en otra sociedad que en principio es
diferente a la tuya. Pero al final te das cuenta que no somos tan diferentes.
Que todos tenemos los mismo miedos, las misma ilusiones, y que no importa tanto
la carcasa de fuera sino aquello que está en nuestro interior.
¿Y que visión
crees que tienen los catalanes de Marruecos?
Creo que a veces la
gente tiene una visión más negativa. Es verdad que hay pobreza pero también hay
gente que vive una vida acomodada, que tiene dinero. También pienso que en
general la gente es abierta y amigable. Es decir, que en toda sociedad hay de
todo. Además en Marruecos si quieres vivir con libertad, puedes hacerlo. Nadie
te obliga a que vistas de una forma u otra. Si quieres vivir el Islam y
practicarlo o no practicarlo, es tu decisión.
¿Qué dificultades
has tenido para adaptarte a tu nueva ciudad?
R. Por una lado está
la familia. Y también que a veces cuesta que la gente te acepte por tu aspecto
físico por los prejuicios que tenemos entre nosotros. Y lo más difícil es
cuando no puedes hablar el idioma porque no puedes comunicarte. Te sientes
diferente porque no tienes la capacidad de expresar lo que tienes que decir, no
llegas a expresar aquello que llevas dentro. Y esto te hace sentir que eres
menos y te entristece.
¿Cuáles serían
las claves para sentir que estás "integrado"?
Para integrarte
la primera cosa es encontrar una manera de comunicarte con el otro. Cuando
tienes el idioma del país te facilita muchas cosas. Puedo explicar mi cultura,
religión y es una manera de que el otro te conozca y tu a él.
Y Con respecto a
tus hijos, ¿crees que van a vivir conflictos?
No me da miedo
que los vivan. Lo que intento es educarles en que tengan confianza en ellos
mismos, en lo que crean. A que tengan un carácter fuerte. Que si sienten algo
tienen que defenderlo. Y también, para ser fuerte y desarrollar el carácter
tienes que vivir muchas experiencias diferentes. Por ejemplo, somos de
Marruecos y la gente nos llama moro. Ahora a mi hijo si le llaman moro le da
igual porque se siente orgulloso de ser quién es. Y para mi eso es lo más
importante, no avergonzarte de tus orígenes, de lo que eres. Si tu sientes
vergüenza de tu país porque tiene muchos problemas, porque ese país no te da la
calidad de vida que tu quieres es difícil que las personas de otras sociedades
te respeten. Es importante que nosotros mismo cambiemos nuestra mentalidad e
intentemos luchar para mejorar nuestros países de origen. Lograr que haya una
mejor cobertura educativa y sanitaria, y una vida con oportunidades de tener
trabajo.
¿Crees que las personas que han migrado, pueden volver a su país y
cambiar las cosas?
Lo creo muchísimo. Ahora, si hay gente que se vuelve. La segunda y tercera
generación está volviendo a Marruecos para poder aportar su experiencia. Si vas
a Marruecos ves muchos médicos que han estudiado fuera y ahora trabajan en
Marruecos y aportan su experiencia. Y eso no significa que no aportes en el
mismo país que te lo ha dado dónde también tienes que darlo.
Tu estudiaste económicas en tu país y aquí integración social, por
qué este cambio?
Al llegar aquí sentí que tenía dificultades por formar parte de la
sociedad y busqué aquello que me diera las herramientas para cambiar mi
situación y la situación de la mayoría de mujeres de origen marroquí que viven
en Badalona. Es importante sentir que formas parte de la sociedad. Así que
aprendí el idioma, me formé y empecé a hacer de integradora social. Lo esencial
es el intercambio, el hablar con tus vecinos, en el mercado, en el parque...
compartir tus sueños, tus experiencias, tu cultura... Eso es lo que te acerca a
los demás porque cuando conoces, los prejuicios desaparecen. Creo que la forma
más fácil de sentirte parte, es ser tu mismo a la vez que respetas el otro. Es
decir, sentirme bien por ser musulmana, por llevar pañuelo, por vestirme a mi
manera...pero no sentirme mejor que una española o que otra mujer marroquí que
no lleva pañuelo. Sino respetar esas diferencias, aprender del otro, compartir
experiencias sin dejar de ser uno mismo.
Qué les dirías a las personas que tienen prejuicios, con todo este
discurso del pañuelo?
Yo lo puedo entender, porque los países dan una imagen del islam
que no es la verdadera. La culpa es nuestra también porque no damos la
verdadera imagen del islam y no luchamos lo suficiente para cambiarla. El Islam
más que una religión, es un estilo de vida. Basada en unos derechos y unas
obligaciones, igual que en los países democráticos. Vivir en el respeto,
respetar a los demás, no juzgar, respetar a la gente que tiene una visión
diferente a la tuya aún más que los que están de acuerdo. Es una religión que
entrega. El islam es paz. Y todas estas guerras que están haciendo en nombre
del Islam no tiene ninguna explicación. No hay ningún libro, escrito, nada que
justifique el derecho a matar a nadie. Todos tenemos los mismos derechos,
seamos musulmanes o no.
Entrevista realizada por Omaira Beltrán